E D I C I Ó N - N ° 19 - N O V I E M B R E - 2 0 0 7
 
 
 
Ponemos la metodología, experiencia y planteamientos de clase mundial
del Dr. Roger Schank, fundador de Socratic Arts, a disposición de las
organizaciones latinoamericanas.
 

¿QUIÉN QUIERE SER PROFESOR? 2ª Parte
Javier Martínez Aldanondo,
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl

 

Un hombre joven muere y va al cielo donde encuentra una cola con 2 personas esperando para entrar. San Pedro les dice a los 3 que debido a que se han detectado tantos traficantes de drogas y otros criminales en el cielo, han decidido endurecer el proceso de admisión. Cada uno debe explicar la profesión que tenía antes de morir y sus ingresos anuales. El primero de la fila dice "Yo ganaba 1 millón de dólares al año y era actor" y San Pedro le abre la puerta. El segundo a su vez confiesa "Yo ganaba 250.000 dólares al año como abogado". San Pedro duda por unos instantes pero también le deja entrar. A continuación se gira hacia el tercero y le dice "Y tú, ¿Qué hacías con tu vida?" El tercer hombre responde "Yo ganaba 12.000 dólares al año …" y San Pedro le interrumpe "Ah, no me cuentes más ¿De qué eras profesor?"

Presente: Parece que existe consenso cuando se dice que para los profesores, cualquier tiempo pasado fue mejor:

1. La educación está unánimemente mal evaluada en la mayor parte de los países. Por mucho que se declare públicamente, hoy es más un negocio lucrativo que una prioridad de desarrollo porque de otra manera no es posible explicarse la situación.

2. Los profesores están atrapados entre la espada y la pared.

  • a- Los Padres, que ponen a sus hijos en sus manos (pasan más horas con ellos que en su casa), miran con recelo su trabajo y sobre todo los resultados del mismo. En realidad consideran al profesor como una niñera. Lo primero que pregunta un padre a un profesor es "cómo se portó mi hijo". Lo primero que pregunta un padre a su hijo es "qué nota sacaste" y lo segundo es "cómo lo pasaste en el colegio". Nadie pregunta ¿Qué aprendiste?
  • b- El Ministerio les controla y les responsabiliza de muchos de los problemas de la educación. Lo injusto es que un profesor está totalmente limitado por el currículum dentro del que enseña y por las metas que se le fijan.
  • c- Los Clientes (alumnos) están por obligación y no por su propia voluntad (incluso el servicio militar es voluntario). Si preguntas a los alumnos en su primer día de clase por qué están allí, ninguno te dice que viene a aprender. Si les permites decidir si quieren ir al colegio, es fácil adivinar su respuesta. Si les preguntas por qué van a la Universidad, titubean y no saben bien como explicarlo, simplemente van … Sin motivación es imposible aprender. Además, para los alumnos, el profesor es un obstáculo en su camino a conseguir sus objetivos que son pasar de curso y obtener el título. Es una autoridad, una amenaza que tiene su destino en sus manos, tiene el poder de decidir sobre su futuro y por tanto es más temido que amado.

3. Todo parecido con lo que había imaginado un profesor acerca de su profesión, es pura coincidencia. Sin entrar a analizar los conflictos que suceden diariamente en las aulas, aquellos profesores con verdadera vocación se encuentran con una realidad de sueldos escasamente competitivos, alumnos poco interesados, rutinas frustrantes a la hora de impartir la enseñanza en el aula (los mismos contenidos año tras año) y múltiples tareas administrativas. Con 30 alumnos por profesor, la labor a realizar es quijotesca más aun sabiendo como sabemos que la mejor educación es el 1 a 1.

4. Ante la Tecnología, los profesores reaccionan con un miedo atávico imaginando que van a ser sustituidos por máquinas que harán su trabajo mucho más eficientemente, por sueldos ridículos, sin protestar y sin necesidad de vacaciones. Por supuesto, nada de eso va a suceder pero ellos no terminan de creerlo.

En definitiva, se ha producido una evidente perdida de prestigio y de respeto hacia los profesores. Hemos pasado demasiado abruptamente de una sociedad con demasiada autoridad a la perdida casi absoluta de la misma. Una de las cosas más gratificantes para cualquier persona es que reconozcan la labor que realizas. En un restaurant, un cliente te felicita cuando le gusta la comida. A un arquitecto o a un médico, sus clientes o sus pares le reconocen con entusiasmo su trabajo. Sin embargo para los profesores esa satisfacción se produce muy aisladamente. Basta mirar la cara de la gente para hacerse una idea de cuan contentos están con lo que hacen. Hace tiempo que los profesores no tienen buena cara.

Futuro
¿Qué ha sucedido? ¿El rol del profesor es menos importante que antes? Desde luego que no. Dudo que exista responsabilidad mayor que preparar a los jóvenes para la vida que les espera. Es factible aprender por uno mismo, de hecho tú eres tu mejor profesor, pero claramente aprendemos mejor apoyados por alguien que sabe más que nosotros, que nos guía y nos ayuda cuando no somos capaces de resolver los problemas por nosotros mismos.

¿Hay esperanza? Por supuesto, en la sociedad del conocimiento, todo lo relacionado con el aprendizaje cobra una importancia vital, por tanto el futuro de los profesores es muy prometedor y solo puede mejorar pero para ello es imprescindible redefinir su rol y sobre todos ayudarles (educarles) para que sepan cómo desempeñarlo.
Hace algunos años escribí un artículo sobre el rol del profesor en el mundo virtual que tiene bastantes aspectos en común con esta columna http://tokland.com/elearning/?p=80
A continuación planteo algunas ideas:

1. Redefinir el rol: Evidentemente, el rol del profesor como lo hemos conocido por suerte ya no va a regresar y se va a ir definiendo un rol diferente, mucho más divertido, enriquecedor y de mayor impacto. Los profesores ya no son los depositarios del conocimiento sino que van a tener que especializarse en aquello en que sean mejores que los computadores Una de las responsabilidades de los profesores va a consistir en gestionar personas y gestionar relaciones entre personas, es decir ayudarles a desarrollar todas aquellas competencias de habilidades sociales y de relación interpersonal que sabemos son esenciales, que permanecen invariables generación tras generación, que jamás la educación ha tenido en cuenta (ya que no se pueden enseñar directamente y por tanto son difíciles de evaluar) y que un computador no puede abordar: Comunicarse y comunicar a otros, razonar, relacionarse con los demás, trabajar colaborativamente, negociar, liderar, convivir con el fracaso, innovar, expresarse adecuadamente, etc. Podemos poner a los computadores a buscar, almacenar, memorizar y entregar información en múltiples formatos mientras las personas podemos dedicar nuestro tiempo, esfuerzo y cerebro a pensar, a soñar y a imaginar. Hay que dejar que los computadores hagan el trabajo sucio.
En la sociedad del conocimiento, el aprendizaje es la habilidad más importante. Por esa razón, otro aspecto clave consiste en erigirse en un entusiasmador, transmitir la pasión por aprender, motivar, proponer desafíos, indicar caminos, plantear preguntas y en general hablar menos (ojala solo cuando el alumno se lo pida) y escuchar más porque para entregar contenidos los computadores tienen una capacidad inigualable. En este rol, una competencia esencial consiste en dar el feedback y el apoyo adecuado a cada alumno en el momento que lo necesite y en evaluar (no a través de exámenes) cuándo un alumno está preparado para avanzar hacia tareas más complejas. En definitiva, un cambio radical que ya iniciaron por ejemplo algunos profesores de Master que utilizan metodologías como los casos donde plantean escenarios a los alumnos y les piden que trabajen en resolverlos. El drama de nuevo es que nadie les ha preparado para enfrentar esta realidad que sin duda aporta mucho mayor valor a los alumnos, al sistema y sobre todo a ellos mismos.

2. Tecnología: Al igual que es imposible trabajar sin apoyarse en tecnología, va a ser imposible aprender sin usar tecnología y esto abre un campo insospechado porque los computadores están mejor preparados que las aulas para practicar y aprender haciendo. Esto ya está produciendo algunos cambios drásticos como por ejemplo que los profesores no son aquellos que están en la zona geográfica más próxima al lugar donde viven sus alumnos sino que un alumno puede aprender de los mejores profesores del mundo y tener compañeros universales gracias a la tecnología. Y la tecnología introduce un concepto nuevo que debe revolucionar la formación y que abordaremos en otra columna: El Aprendizaje Just In Time.

3. Personas con experiencia: Los profesores debiesen ser mayoritariamente personas con experiencia, desde desempleados con dificultades para reinsertarse en la vida laboral hasta jubilados que en un determinado momento de su vida están dispuestos a retribuir a la sociedad todo lo que esta les ha entregado. Hay una frase que se escucha frecuentemente: "Profesores tuve muchos pero maestros muy pocos". Debiésemos reconsiderar el ancestral sistema de educación tribal, que tiene miles de años de antigüedad y donde los ancianos tenían la responsabilidad de educar a los jóvenes mediante la observación, el ejemplo, las historias y sobre todo, pasando mucho tiempo con ellos. Si somos honestos, debemos reconocer que un joven profesor de 30 años todavía tiene pocas experiencias de vida valiosas que transmitir y no le queda más remedio que entregar contenidos.

4. Toda la sociedad involucrada: Si la Educación es lo MÁS importante entonces toda la Sociedad tiene que estar involucrada, no solo los profesores. Abogados, médicos, futbolistas, bailarinas, jardineros, policías … todos debiesen tener un papel que cumplir, una experiencia que contar, un enfoque que aportar. No hace falta ser pedagogo para educar. Si los responsables de la educación son profesores, lo normal es que formen profesores. Seria muy difícil que un profesor formase a un profesional como difícil sería que un medico formase a un abogado. Una parte de la jornada laboral de cada persona debiese estar dedicada a contribuir con la educación.

5. Incentivos: Si la Educación es lo MÁS importante, estamos obligados a dar a los profesores un estatus acorde con la responsabilidad que tienen entre manos. Hoy, los incentivos y los estímulos para los jóvenes están puestos en cualquier otra dirección.

6. Innovar: Hace 1 semana leía una entrevista con Alvin Toffler, uno de los más importantes pensadores todavía vivos que decía lo siguiente: "Tenemos un problema cuando los negocios avanzan a 100Km/hr y el sistema educacional a 10Km/hr. Aún en mi país, no se está preparando a la gente para la economía en que tendrán que vivir"
Si hablamos de innovación, entonces no puede haber límite en las preguntas que nos hagamos: ¿Qué entendemos por educación? ¿Para qué educamos a los jóvenes? ¿Debe existir la escuela? ¿Tiene sentido que la educación ocurra durante 20 años entre las 4 paredes de un aula llena de mesas y sillas dentro de un edificio cuando el mundo es variado, complejo, global y diverso? ¿Debe todo el mundo aprender lo mismo? ¿Por qué el colegio dura 12 años y no 5 ó 20? ¿Por qué la universidad dura 5 años? La educación tiene principio y fin pero el aprendizaje dura toda la vida … El afamado discurso de Steve Jobs es un buen ejemplo de ello http://www.youtube.com/watch?v=ykUyVFkizfQ y Roger Schank por su parte ya ha puesto en marcha una interesante iniciativa al respecto que se puede ver en www.engines4ed.org

7. Perfil de alumnos: No podemos obviar que el perfil de los alumnos ha cambiado radicalmente (por primera vez en la historia, hay áreas en que los alumnos saben más que los docentes). Simplificándolo mucho, hay 2 aspectos en los que son muy diferentes a todos los alumnos de generaciones anteriores:

  • a- Quieren participar y no solo escuchar pasivamente lo que otra persona les dice. Mientras vivimos en la era de You Tube, en el aula hay poco dialogo y demasiado monólogo.
  • b- Quieren recibir servicios a la carta y personalizados según sus intereses y necesidades propios de cada uno.
    Esto ocurre porque viven en un mundo donde crecientemente participan por múltiples vías y donde exigen y compran productos y servicios diseñados a su medida. Estas generaciones van a cambiar las empresas y la forma de liderar y trabajar (donde va a ser más importante seducir que obedecer). Hay que preguntarles a ellos cómo sería su educación ideal, hay que contar con ellos para diseñarla y hay averiguar cuáles son sus objetivos en lugar de hacer tanto énfasis en que adhieran a los nuestros porque no lo van a hacer.

No albergo duda alguna acerca de que quienes leen esta columna aman la educación, saben que es primordial y aunque no trabajen en ese ámbito, tienen un juicio fundado con conocimiento de causa después de haber pasado al menos 12 años de su vida en un aula.
Los profesores son indudablemente parte del problema … y de la solución. También ellos necesitan aprender y me temo que han perdido la habilidad de aprender de tan centrados que están en enseñar y crear ambientes de aprendizaje para sus alumnos. Necesitamos que reflexionen sobre sus propios procesos y lleguen a la conclusión de que no podemos seguir educando a los jóvenes del SXXI con profesores del SXX, usando metodologías del SXIX y con un curriculum del SXVIII. Parece que nadie se ha parado a pensar cuánto le cuesta un país la MALA educación. ¿Os imagináis qué pasaría en nuestra sociedad si de repente nadie quisiera ser profesor?

 
 

¿CÓMO INNOVAR?: diez ideas para discutir
Marcelo Lasagna, Gerente Sector Público de Catenaria
mlasagna@catenaria.cl

 

El ocio, dice un amigo, es un momento de creación. Razón tiene: hacer jugar a los empleados con propósitos estratégicos y en un entorno laboral que garantice la belleza es una metodología que reporta muchos beneficios.

Tuve la suerte de estar en Puerto Varas. Una ciudad hermosa, relajada, acogedora, en un entorno natural sobrecogedor. Una vez un amigo catalán me dijo: "Paisajes como éste motivan hasta al hombre más yermo". Sercotec organizó ahí un seminario sobre competitividad digital para micro y pequeños empresarios. Me sorprendió gratamente la convocatoria. Cerca de 200 empresarios(as) llegaron para escuchar a una docena de expositores, entre quienes me encontraba. El propósito era promover la utilización de las nuevas tecnologías en la innovación de la gestión empresarial. Mi presentación era sobre ¿cómo innovar? Dado que eso se está levantando como valor incuestionable para el desarrollo de los países, aquí están las 10 ideas sobre cómo hacerlo, tal como lo expuse en el seminario.

Primero: la innovación es explotar ideas que tienen éxito en el mercado, aquellas a la que los clientes atribuyen valor. Esto viene definido no sólo por las características funcionales del producto o servicio, sino por la percepción subjetiva que el cliente tiene. Ellos cada vez se interesan más por los intangibles de los nuevos productos o servicios.

Segundo: no es una actividad discreta, sino un proceso continuo y sistemático. No se puede innovar un día y luego dejarlo de lado. Ha de ser una actividad constante, además de sistemática. Debe obedecer a una estrategia o a una carta de navegación flexible, que se adapte a los constantes cambios del entorno. La innovación requiere mucho trabajo, no sólo inspiración.

Tercero: no es tecnología. Forma parte de ella, pero no es la clave. La innovación es una actividad que desarrollan las personas en la empresa. Ellas dominan el negocio -o partes de él- y las que tienen la llave para mejorarlo o reinventarlo.

Cuarto: se genera en la empresa, no en el exterior. A menudo los departamentos de I+D traen ideas de fuera. Las más innovadoras hacen que las personas de dentro sean las creadoras de ideas. El benchmarking es sólo un ejercicio referencial, no para imitar lo realizado o sustituir la capacidad creadora de la propia empresa.

Quinto: la innovación requiere creatividad. Las empresas deben confiar en la capacidad creativa de sus empleados. Pero no basta con eso. Además, se deben crear las condiciones que produzcan la creatividad. Muchas empresas innovadoras generan espacios para compartir ideas, brainstorming, comunidades de prácticas, etc. El ocio, dice un amigo, es un momento de creación. Razón tiene: hacer jugar a los empleados con propósitos estratégicos y en un entorno laboral que garantice la belleza es una metodología que reporta muchos beneficios.

Sexto: no son sólo ideas. Se debe identificar el valor que aportan al cliente. Para innovar se debe conocer qué piensan y cuáles son sus necesidades. La empresa debe motivar la discusión sobre qué es el valor. Esto enriquece la relación con los clientes. Otra forma de conocer el valor que perciben ellos es mediante observatorios que analicen sus necesidades y escudriñen el mercado: en qué está la innovación, los competidores, los aliados, etc.

Séptimo: fomentar la curiosidad y la intuición. No sólo somos seres racionales. Tenemos una arraigada dimensión emocional e intuitiva. La empresa puede beneficiarse si consigue "explotarla" en sus empleados y alinearla con una estrategia del negocio.

Octavo: la organización se debe disponer para acoger la innovación y la creatividad. Para ello la empresa debe crear espacios de colaboración. Las comunidades de prácticas y los blogs son espacios de colaboración y de intercambios. La innovación es exitosa mientras más ideas se expongan. La diversidad de ideas es el caldo de cultivo para la innovación. Estos espacios deben ser de hibridación, de pluralismo; es decir, de personas con miradas diversas de las cosas.

Noveno: la empresa debe conectarse con fluidez a su ecosistema. La innovación requiere que ella esté vinculada a los clientes, proveedores, aliados y competidores. Saber escucharles es una práctica necesaria en el mundo de hoy.

Décimo: la innovación exige una fuerte dosis de liderazgo. Pero no de un ejercicio del liderazgo cualquiera, sino de aquel facilitador de un proceso adaptativo. Ponerse frente a un proceso innovador significa, por otro lado, desafiar el paradigma vigente, los supuestos sobre los que se funda el estado de cosas. Pericles lo decía: "El secreto de la libertad es la valentía". Liderar para innovar requiere de mucho arrojo para resistir los vientos conservadores.

 
 

WHAT IS AN EDUCATED MIND?
Roger Schank, CEO Socratic Arts
roger@socraticarts.com

 

For a few years, in the early 90's, I was on the Board of Editors of the Encyclopedia Britannica. Most everyone else on the board were octogenarians -- the foremost of these, since he seemed to have everyone's great respect, was Clifton Fadiman, a literary icon of the 40's. When I tried to explain to this board the technological changes that were about to come that would threaten the very existence of the the Encyclopedia, there was a general belief that technology would not really matter much. There would always be a need for the encyclopedia, and the job of the board would always be to determine what knowledge was the most important to have. Only Clifton Fadiman seemed to realize that my predictions about the internet might have some effect on the institution they guarded. He sadly commented, "I guess we will just have to accept the fact that minds less well educated than our own will soon be in charge."

Note that he didn't say "differently educated," but "less well educated." For some years the literati have held sway over the commonly accepted definition of education. No matter how important science and technology seem to industry or government or indeed to the daily life of the people, as a society we believe that those educated in literature and history and other humanities are in some way better informed, more knowing, and somehow more worthy of the descriptor "well educated."

Now if this were an issue confined to those who run the elite universities and prep schools or those whose bible is the New York Review of Books, this really wouldn't matter all that much to anybody. But this nineteenth century conception of the educated mind weighs heavily on our notions of how we educate our young. We are not educating our young to work or to live in the nineteenth century, or at least we ought not be doing so. Yet, when universities graduate thousands of English and history majors, it can only be because we imagine that such fields form the basis of the educated mind. When we choose to teach our high schoolers trigonometry instead of, say, basic medicine or business skills, it can only be because we think that trigonometry is somehow more important to an educated mind or that education is really not about preparation for the real world. When we focus on intellectual and scholarly issues in high school as opposed to more human issues like communications, or basic psychology, or child raising, we are continuing to rely upon out dated notions of the educated mind that come from elitist notions of who is to be educated.

We argue that an educated mind can reason, but curiously there are no courses in our schools that teach reasoning. When we say that an educated mind can see more than one side of an argument we go against the school system, which holds that there are right answers to be learned and that tests can reveal who knows them and who doesn't. Indeed the entire government testing campaign is all about learning the right answers. It is not about debate or being able to show that you can see both sides of an issue. We are training parrots not reasoners.

It seems to me that understanding the basics of telecommunications is more important than understanding basic chemistry in today's world. And, as heretical as it may seem, I believe that knowing HTML is more important than knowing French for today's high school student. There are choices that have to be made, and even if you don't agree with the ones I might make, where is the national debate about this? It will not take place until our fundamental conception of erudition changes or until we realize that the schools of today must try to educate the students who actually attend them as opposed to the students who attended them in 1892 when the current curriculum was put in place.

And while we are at it, how about ethics, or child raising, or marriage? These non-intellectual subjects are unimportant in a high school's academic curriculum. Why is that? because we still think we are educating the elite who will have to little more than debate the classics and show off their erudition. But, it just isn't so. The average college student isn't erudite despite our attempts to march him through a liberal arts curriculum. The average college student is just trying to get through the ordeal of college and get his degree so he can go off and pursue his life as an investment banker or lawyer.

The 21st century conception of an educated mind is based upon old notions of erudition and scholarship not germane to this century. The curriculum of the school system bears no relation to the finished products we seek. We need to rethink what it means to be educated and begin to focus on a new conception of the very idea of education.

 
 
 

Catenaria - Gestión del Conocimiento
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