E D I C I Ó N - N ° 4 0 - J U L I O - 2 0 0 9
   
 
 

¿Sabes aprender? Si. ¿Sabes cómo aprendes? Lamentablemente NO
Javier Martínez Aldanondo,
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl

 

"Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela". Albert Einstein.

Os propongo que hagáis el siguiente experimento: Preguntad a la gente de vuestro entono que os digan "cómo se aprende". No sólo os vais a recibir una gran variedad de respuestas, sino que la mayor parte de ellas serán vagas e imprecisas.
¿Sabéis por qué tenemos tantos problemas con la educación de nuestros niños y jóvenes y con la formación de los trabajadores? La respuesta es muy fácil: Porqué los responsables de diseñar la educación/formación no tienen apenas idea acerca de cómo aprenden las personas realmente.
¿Y estas mismas personas saben aprender? Indudablemente, de no ser así nunca habrían sido capaces, por ejemplo, de caminar, hablar y desarrollar el resto de habilidades necesarias para operar en el mundo y que les han permitido progresar exitosamente.
¿Es posible saber aprender pero no saber cómo se aprende? Desde luego. Esta paradoja explica la gran cantidad de cosas que sabemos hacer pero que al mismo tiempo somos incapaces de explicar cómo las hacemos. Y eso ocurre porque el conocimiento es inconsciente y en cierta forma traicionero, lo tienes pero no sabes que lo tienes, parece como si no quisiera ser descubierto. Por ejemplo, lo más probable es que la mayoría de personas que están leyendo estas líneas sepan andar en bici y obviamente hablar. Sin embargo, si les pido que anoten en un papel como andan en bici y como hablan, les costará un gran esfuerzo hacerlo y el resultado de lo que escriban será muy pobre comparado con su capacidad de andar en bici o hablar. Y si yo entrego esos textos a alguien que no sabe ni andar en bici ni hablar, no le va a servir absolutamente de nada.
Sabemos mucho más que lo que somos capaces de explicar. Lo que ocurre es que saber hacer algo no significa saber cómo se hace y, menos aun, saber cómo enseñar a otros a hacerlo. Necesitas ser consciente de lo que sabes y de cómo ocurre eso que sabes.

Analicemos las 2 partes de la paradoja:

1. Saber aprender:
Cómo vimos en la columna anterior, si estás vivo significa que sabes aprender. En realidad, no te queda más remedio que saber aprender porque lo necesitaste para crecer. Se trata de un acto involuntario. Todos los seres vivos saben aprender y, obviamente, no necesitaron hacer curso alguno para ello. La forma más evidente de contemplar a un ser humano en pleno proceso de aprendizaje ocurre cuando eres padre y observas a tus hijos pequeños. ¿Cómo es posible que sepan hablar sin haber recibido clases ni ser capaces de definir lo que significan las palabras que usan, sin saber gramática, sin distinguir un verbo de un sustantivo o de un pasado pluscuamperfecto?

Contaré una historia gastronómica (para no repetir la de las llaves en Córdoba) que demuestra que las personas saber aprender perfectamente, lo hacen a cada instante y desde luego, sin darse cuenta.
Imaginad que invito a un amigo mío que vive en la selva a comer en un Mc Donalds. Mi amigo sabe lo que es un restaurant pero se fue a la selva hace ya tantos años que jamás ha puesto sus pies en uno de comida rápida. Tanto él como yo tenemos objetivos (inconscientes) como saciar el hambre, disfrutar de una conversación agradable, pasar un buen rato poniéndonos al día de nuestras respectivas vidas, etc. Para alcanzar esos objetivos, mi amigo y yo nos trazamos un plan (inconsciente de nuevo, como pasar a buscar a mi amigo a su hotel, conducir hasta el Mc Donalds, comer, etc.) lo que genera que tengamos expectativas de cómo van a suceder las cosas (inconscientes una vez más, como que mi amigo estará en el hotel, el Mc Donalds estará abierto, etc). Una vez comenzamos a ejecutar el plan, algunas de las predicciones que se había hecho mi amigo empiezan a fallar. Cuando entramos en el Mc Donalds, mi amigo queda desorientado porque nadie le recibe en la puerta, ni le lleva a una mesa, ni le trae la carta, ni le recomienda un vino … Al contrario, tiene que hacer la cola de pie, descifrar el limitado menú en un confuso letrero, pagar antes de comer, llevarse él su comida y recogerla al finalizar, comer sin cubiertos … No entiende nada, sus expectativas han sido bruscamente destruidas por una realidad que desconocía. Y en ese instante, se desata un proceso imparable para tratar de entender qué está pasando. Ese proceso se llama APRENDER y se dispara una vez que te equivocaste (tus expectativas fallaron) y tratas de explicarte por qué (reflexión). Obviamente, mi amigo pronto llega a la conclusión de que existe un tipo de restaurantes nuevo lo que le obliga a actualizar y corregir la "teoría" que tenía sobre los restaurantes e incluir una nueva "categoría" (los de comida rápida) y almacenar esta nueva experiencia en su memoria. Sin embargo, el proceso de aprendizaje no está concluido y no lo estará hasta la siguiente ocasión en que pise un Burger King por ejemplo. Si le vuelve a suceder lo mismo, mi amigo simplemente no aprendió. Pero si en ese momento recuerda cómo ocurren las cosas en ese tipo de restaurantes (su experiencia anterior en Mc Donalds), actúa acorde a ello y sus expectativas se cumplen, significa que aprendió. Por esa razón, aprender significa acumular experiencias reutilizables en el futuro.
Como en el caso de mis hijos, para aprender no es imprescindible sentarse en un aula, que haya cursos, clases, asignaturas, profesores, exámenes, notas y todo ese ritual artificial que hemos sufrido (y siguen sufriendo) durante tanto tiempo.
Parece evidente que hasta que no haces no puedes decir que sabes. Lo malo es que no es suficiente porque sigues sin saber cómo lo haces.

2. Saber cómo se aprende:
A muy grandes rasgos, y conceptualizando el ejemplo del Mc Donalds, así ocurre el proceso de aprender

a. El aprendizaje empieza con un Objetivo. Para aprender necesitas tener objetivos que alcanzar, sobre todo, objetivos que te importan mucho y te importan a ti y no a otros. A esto se le llama también motivación que es la energía que mueve el aprendizaje. Satisfacer al profesor o sacar buenas notas no son ejemplos de objetivos que te importen demasiado. Saciar el hambre y pasar un rato con tu mejor amigo si lo son. Aprender es un medio para alcanzar un fin, la clave es tener claro desde el principio cuál es ese fin que le interesa al alumno al que quiero enseñar.

b. El aprendizaje empieza cuando fallan las Expectativas (error). Las personas nos trazamos planes para alcanzar esos objetivos. Cuando dichos planes fallan y no se cumplen nuestras expectativas (para mi amigo, el mundo funciona al revés en el Mc Donalds) se abre la ventana dónde estás preparado para aprender. Provocar el error es una estrategia crítica para aprender.

c. Aprender depende de Recordar. Si hoy no eres capaz de recordar cosas que supuestamente "aprendiste" años atrás, no te engañes, simplemente no las aprendiste. Si la siguiente vez que mi amigo pise un local de fast food, vuelve a tropezar en la misma piedra, significa que no aprendió. Por suerte, las personas gozamos de mentes inteligentes que nos dicen qué hacer en cada momento a partir de las experiencias que vamos acumulando.

La conclusión es que para aprender necesitas motivación, necesitas tiempo y sobre todo necesitas mucha Práctica. Sin práctica, no hay aprendizaje posible. Si la vida consiste en hacer cosas, entonces aprender tiene que consistir en hacer, ojala, esas mismas cosas, una y otra vez hasta que se vuelvan inconscientes y no seas siquiera capaz de explicar cómo las haces. Si se aprende haciendo, entonces cualquier experiencia de aprendizaje (curso, taller, seminario, etc.) tiene que consistir en hacer y no en mirar, ni escuchar o leer.
De esta manera es como hemos aprendido casi todo lo que sabemos: Nos interesa algo, tratamos de obtenerlo, fracasamos en el intento, intentamos entender por qué, corregimos nuestro plan, lo intentamos de nuevo hasta que finalmente lo obtenemos. Comparad este ciclo con lo que ocurre en cualquier proceso educativo formal. Todo parecido con la realidad, es pura coincidencia.

Nada de esto es ninguna novedad. Aristóteles (384 - 322 AC) afirmaba "Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo". Sin embargo, la gran mayoría de los habitantes del planeta parece ignorarlo porque abraza fervientemente un modelo totalmente contrario que consiste en que:

  • El lugar para aprender es un aula (del colegio, la universidad o la empresa). Bajo esa premisa, la formación en las empresas copia el modelo del colegio.

  • Para que ocurra aprendizaje tiene que haber un profesor.

  • Para que ocurra aprendizaje tiene que haber un contenido (asignatura).

  • Cuanto más sabe y más habla el profesor, mucho mejor.

  • El rol del alumno es escuchar, tomar notas e interrumpir lo menos posible.

  • Aprender significa estudiar.

  • Para verificar si aprendiste hay que hacer un test o un examen (casi siempre teórico).

  • Si sacaste buenas notas en el examen, podemos estar seguros de que aprendiste.

No podemos permitirnos que quienes gestionan, diseñan e imparten la educación no sepan cómo se aprende. Resulta inconcebible, que los seres humanos seamos verdaderas máquinas de aprender y al mismo tiempo, cuanto tenemos que decidir cómo educar a nuestros semejantes (posiblemente el acto humano más importante que existe) hagamos justo lo contrario. Mientras los responsables de formación de las empresas sigan diseñando o comprando programas y cursos sin tener esta máxima bien presente, seguirán tirando el dinero. Mientras no seas consciente de cómo se aprende, estás inhabilitado para gestionar y diseñar programas, curriculums o cualquier experiencia de aprendizaje. Es demasiado peligroso dejar la educación y la formación en manos de gente que no comprende cómo aprenden las personas. Mientras ese contrasentido siga vivo, lo que tendremos no podrá ser sino la consecuencia y el reflejo de esa triste realidad.

El 26 de agosto reflexionaremos precisamente sobre trazarse Objetivos y Aprender lo necesario para alcanzarlos en el marco del Taller de Apertura del congreso Percade La Araucana http://portal.laaraucana.cl/wps/wcm/connect/La%20Araucana/araucana/campanas/percade_2009

"No basta con saber, hay que querer. No basta con querer, hay que hacer". Goethe.


 
 

¿Cómo conseguir llevar a cabo proyectos exitosos?
Marcelo Lasagna, Gerente Sector Público de Catenaria
mlasagna@catenaria.cl

La vida profesional de los tiempos que corren está marcada por la realización de proyectos, emprendimientos e innovación. Un proyecto es la sistematización de un plan de trabajo para alcanzar un objetivo, el emprendimiento es la capacidad de las personas que lo impulsan para alcanzar ese objetivo; la innovación es la percepción que tienen los impulsores de la relación que tiene su propuesta con el valor que la gente le da. Estamos en forma constante formulando proyectos en un entorno en el que las necesidades cambian dinámicamente, y eso nos exige algunas nuevas capacidades para afrontarlos.

Eduard Punset, divulgar científico y economista, en su interesante libro Adaptarse a la Marea nos deja algunas interesantes ideas basadas en el biomimetismo; esto es, en observar cómo funciona la naturaleza e imitar de ella aquellos procesos que realiza en forma armoniosa y bella para aplicarlos a la vida humana. Esto significa ver la naturaliza como una gran maestra y aprender de ella para hacer una vida sana y sostenible. La biomímesis presenta una era basada no en lo que podemos extraer de los organismos y sus ecosistemas, sino en lo que podemos aprender de ellos. Este enfoque difiere enormemente de la bio-utilización, que supone cosechar un producto o productos como, por ejemplo, cortar madera para hacer pavimentos o recolectar plantas medicinales.

La biomisesis se aplica a un sinfín de campos, desde la producción de nuevos materiales, como por ejemplo el velcro, o los estudios que actualmente se hacen para conseguir replicar la tela de araña, cuya resistencia es cinco veces superior a la del acero, pero flexible. Aplicaciones en la medicina estudiando del comportamiento de los insectos de modo que nos digan qué plantas pueden ser buenas apuestas para nuevas medicinas. Otras aplicaciones sobre economía, eficiencia, cooperación y reciclaje al mercado: en Chattanooga, Brownsville, Baltimore y Cape Charles, por ejemplo, se están construyendo polígonos industriales que funcionan en un ciclo cerrado, que emulan los patrones de ecosistemas maduros como los bosques de secuoyas. Se está estudiando el mejillón azul, que se agarra a las rocas gracias a una sustancia adhesiva que puede hacer lo que las nuestras no pueden: secarse y pegar bajo el agua. Hay diferentes equipos tratando de mimetizar este pegamento subacuático. Otros estudiosos están mimetizando las estrategias de selección natural como herramientas para optimizar software llamados "algoritmos genéticos". Las aplicaciones son muchas, tantas como el amplio crisol de la actividad humana.

Sin embargo, aquí me interesa un campo en particular: las organizaciones. Y, con ello, lo que hacen las personas dentro de ellas. Las estrategias llamadas extractivas, que expolian el medio, forman parte de una visión de mundo que poco a poco vamos abandonando. Las nuevas estrategias, los nuevos proyectos deben llevar en su ADN la sustentabilidad, el movimiento armónico con su entorno humano, social y ecológico. La naturaleza nos ofrece grandes lecciones para incorporar en nuestro hacer una nueva mirada de cómo operamos y cómo alcanzar beneficios de largo plazo. Los insectos sociales son un ejemplo de organización inteligente. En esencia, creemos que los insectos sociales han sido muy exitosos - han sobrevivido a casi todos cambios del planeta y viven en diversos ecosistemas - por tres características fundamentales :

- Flexibilidad (la colonia puede adaptarse a un entorno cambiante);

- Robustez (incluso cuando uno o más individuos fallan, el grupo todavía puede desempeñar sus funciones), y

- Auto-organización (actividades no son supervidas ni a nivel central ni a nivel local, es un sistema distribuido).

Los dos primeros atributos son muy reconocidos por los ejecutivos de negocios, se relacionan fácilmente con ellos, pero a menudo son muy reacios a la tercera, que es quizás el más intrigante. A través de auto-organización, el comportamiento del grupo emerge de la interacción colectiva de todas las personas. De hecho, un tema crucial y recurrente en un enjambre inteligente es que incluso si los individuos siguen reglas simples, el comportamiento grupal resultante puede ser sorprendentemente complejo y muy eficaz. Y, en gran medida, la solidez y la flexibilidad son una propiedad emergente de la auto-organización. Conocer cómo funcionan los procesos organizativos de los insectos sociales podría arrojarnos luces para emprender proyectos y estrategias de negocio exitosas y sustentables.

Punset, muy lúcidamente, siguiendo algunos ejemplos de la naturaleza nos propone una fórmula para conseguir emprender proyectos exitosos. Una adaptación de la original es la que les planteo aquí.

La fórmula de proyectos exitosos (E) tiene los siguientes componentes:

TP = Tiempo Psicológico se refiere al rol de las emociones en lo que hacemos. A diferencia del tiempo físico que es cartesiano. La emoción es absolutamente indispensable para lanzar un proyecto, poniéndose asimismo en el lugar de los demás. La emoción es el multiplicando de todos los otros factores juntos. Si no hay emoción en un proyecto mas que reducirse las posibilidades, no hay ninguna de conseguir éxito.

I = Interactividad es un atributo de los homínidos heredados de los primates, que son animales muy sociales. Hoy más que nunca en la historia de la humanidad se plantea como exigencia de cualquier actividad humana la creación de redes. Ningún proyecto puede conseguir sus objetivos si éste es una cruzada de un "llanero solitario". La información sólo fluye a través de redes de personas que la utilizan para darle valor agregado. La comprensión de la complejidad exige un abordaje colectivo.

A = Aceleración es la innovación para el mundo de los negocios y las organizaciones. Buscar la diferenciación es una estrategia clave para los proyectos exitosos. Sin ella difícilmente se logrará consolidar un proyecto. Para ello se requiere moverse en los vértices de las fronteras, desafiar los supuestos y lo establecido y, por ende, asumir riesgos. El mundo incierto en el que vivimos demanda a la organizaciones (y las personas) constante innovación. Reinventarse para adaptarse a los cambios constantes del entorno. La naturaleza es maestra en dinámica de adaptación. Mutar más, y no menos, en entornos turbulentos, como lo hacen las bacterias, maestras de la innovación en la naturaleza.

TI = Tecnologías de la Información. La evolución humana ha sido una trayectoria en busca del conocimiento. Para ello los seres humanos hemos desarrollados tecnología: desde el lenguaje oral, escrito, la imprenta hasta las tecnologías de la información y la comunicación. Un proyecto exitoso debe utilizar en forma intensiva las TI disponibles. Estas permiten hoy garantizar la interactividad sin acceder estar físicamente en el mismo lugar y así como el acceso y difusión de información.

C = Conocimiento. Disponer de conocimiento no es lo mismo que erudición. Lo importante, como diría Edgar Morin, es tener una mente bien organizada más que llena. Se trata de hacer buenas preguntas, más que de andar buscando las mismas respuestas y aprender de las experiencias. Saber sacar lecciones aprendidas, especialmente de los errores. Para crear un ecosistema de negocios he de especializarme y muy especialmente conocer muy bien ese entorno e interactuar con él intensamente. Ello demanda manejar información de clientes, proveedores, aliados, competidores y de nuestros propios colaboradores. Los insectos sociales son maestros de organización utilizando el conocimiento experiencial.

M = Masa. El denominador M se refiere a perder masa. La masa equivale a la historia, a las creencias, a los modelos mentales que tenemos, a las formas como solucionamos las cosas, incluso a los valores. Apegarse a ellos en tiempos de turbulencia y cambio es una rémora, nos deja desencajados e incluso pasmados ante la acelerada dinámica de cambios del entorno. A mayor masa menores posibilidades de conseguir éxitos. Por tanto, se requiere de desarrollar la capacidad de desprenderse de los surcos de la mente para tejer nuevos que igualmente caerán en la obsolescencia en un futuro próximo o no tan próximo. Aprender a aprender y a desaprender es una cualidad de los emprendedores innovadores de estos tiempos. Perder masa (tal como la definimos aquí) nos permite ganar flexibilidad y adaptabilidad.

La biología y la naturaleza, creo yo (y otros/as) se están convirtiendo en el fuente de conocimiento para hacer de lo humano y de las cosas que hacemos algo más sustentable y beneficioso para todos. Mirar la naturaleza y sus procesos organizativos es una fuente de conocimiento para que nuestras organizaciones se hagan más ecológicas y exitosas. Esta es la invitación que les hago.


 
 

Catenaria - Gestión del Conocimiento
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